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El mercado de los smartphones ha alcanzado un grado de madurez notable en los últimos años. Con una trayectoria breve, de apenas 14 años, pero intensa, estamos ante un segmento que, según statista, venderá durante este año más de 1.500 millones de dispositivos.

Con un mercado repleto de ofertas, los fabricantes se enfrentan al difícil reto de sobresalir sobre el resto y hacer valer sus argumentos de diseño, funcionalidad y tecnología frente a unos usuarios cada vez más exigentes y que saben lo que quieren.

La importancia de las gamas Premium y Ultra Premium

El prestigio de marca, por otro lado, es un componente importante que se forja en las gamas más altas de producto (las premium y ultra premium). Su objetivo es mover la decisión de compra de gamas medias y bajas hacia los terminales de los fabricantes que muestren su mejor hacer en las gamas más altas de producto.

Si hay un fabricante que puede presumir de saber de las gamas Premium de teléfonos Android, ese es Samsung. Su familia Galaxy S de terminales Android de gama alta debutó en junio de 2010. En aquel entonces, los fabricantes se contentaban con destacar en algunos de los elementos que constituyen un smartphone. Hacerlo en todos era una misión imposible: la tecnología de procesadores, pantallas, cámaras o baterías estaba en un momento incipiente y no había mucho margen de maniobra.

Once años más tarde, el panorama ha cambiado y los fabricantes se empiezan a esforzar en, básicamente, tenerlo todo. De momento, Samsung parece haber pulsado las teclas correctas con el terminal Galaxy S21 Ultra 5G, el modelo más icónico de la nueva gama Galaxy S21 en particular, y del panorama de la telefonía móvil en general, en el que encontraremos esencialmente eso: todo.

¿Qué es “tenerlo todo”?

Cuando hablamos de “tenerlo todo”, nos referimos implícitamente a que un terminal ofrezca la mejor tecnología, diseño y funcionalidad que puedan ofrecerse en aquellas áreas esenciales que definen a un smartphone. Hablamos de áreas como el rendimiento, la conectividad, la pantalla, la interfaz de usuario y la ergonomía, las cámaras, el diseño industrial, la estética o la batería.

Puede parecer fácil conseguir meter “todo” en un móvil, pero las soluciones de compromiso que hay que tomar para acertar son numerosas y complejas. Por ejemplo, usar cámaras con un zoom 100x, como el Space Zoom, requiere más espacio para alojar los módulos periscópicos que lo hacen posible

Puede parecer fácil conseguir meter “todo” en un móvil como el Samsung Galaxy S21 Ultra 5G, pero las soluciones de compromiso que hay que tomar para que un dispositivo acierte en todo (y no falle en nada) son numerosas y complejas de tomar. Por ejemplo, usar cámaras con un zoom 100x, como el Space Zoom, requiere invertir más tamaño para alojar los módulos periscópicos que lo hacen posible. Más tamaño para un componente implica tener menos para otros, como la batería, o para la refrigeración del SoC, que tiene que tener un rendimiento “top” tanto en CPU como en gráficos, pero sin descuidar la eficiencia.

Si queremos una pantalla sin marcos, hay que mover las antenas de comunicaciones a otras ubicaciones, lo cual compromete a otros elementos de la electrónica de estos aparatos. Si queremos comunicaciones 5G, hay que buscar un módem compatible, pero mejor si está integrado en el SoC. Si usamos cámaras con un número elevado de megapíxeles, el procesador de imagen tiene que ser capaz de mover las imágenes. Si queremos grabar en 4K u 8K, sucede otro tanto de lo mismo. Y así con todo. Sin olvidar que, a más rendimiento y más elementos de hardware, más consumo de batería y menos autonomía.

Los fabricantes, en estos últimos años, han ido añadiendo sufijos a sus terminales más icónicos para diferenciarlos de los de las gamas “solamente” altas. Así, hemos visto como a los modelos flagship se han añadido los sufijos “Plus” primero y, más recientemente, el “Ultra”. En el caso de Samsung, el primer “ultra” fue el S20 Ultra, que se situó por encima del S20+. Sin embargo, en los Galaxy S10 el terminal más “top” era el S10+. El Note 20 Ultra fue el segundo “Ultra” de Samsung.

Los Galaxy Note son un buen ejemplo de un fenómeno, quizá no tanto buscado como espontáneo, que es el de la convergencia de tecnologías. Samsung ha llevado las tecnologías más experimentales a gamas diferenciadas. Los Galaxy Note, por ejemplo, con el S-Pen como dispositivo de entrada, fueron durante muchos años una familia diferenciada del resto. A medida que la tecnología del S-Pen ha ido madurando, ya es capaz de integrarse en gamas “convencionales”, que es lo que ha sucedido con el Galaxy S21 Ultra 5G, que es compatible con los S-Pen.

Un fenómeno similar puede que lo veamos en un tiempo con los terminales plegables, como los de la familia Galaxy Z Fold2 o Galaxy Z Flip 5G, hasta que, eventualmente, estas tecnologías maduren y se puedan llevar a más terminales de un modo natural.

Si no existe, se inventa

Fabricantes como Samsung, además, tienen el potencial suficiente para afrontar la tarea de desarrollar algunos de los componentes esenciales del móvil, como la memoria, la pantalla, el almacenamiento NAND Flash, el SoC o incluso el sensor en alguna de las cámaras que incluya. El Galaxy S21 Ultra 5G es un buen ejemplo de ello: el SoC Exynos 2100, la memoria LPDDR5, el almacenamiento NAND Flash, la pantalla AMOLED LTPO o el sensor de su cámara principal de 108 Mpx son fruto del desarrollo propio de esta firma.

Samsung tiene la capacidad su procesador “in house”, sin recurrir a compañías de terceros, al disponer de sus propias “fabs” para producir semiconductores con tecnologías tan punteras como la de 5 nm

Esta capacidad permite a Samsung integrar componentes y tecnologías con un mayor margen de maniobra. Es más, esta compañía es capaz de fabricar incluso su procesador “in house”, sin recurrir a compañías de terceros, al disponer de sus propias “fabs” para producir semiconductores con tecnologías tan punteras como la de 5 nm.

Un terminal sin fisuras

El resultado de esta integración de tecnologías es un terminal como el Galaxy S21 Ultra 5G en el que no encontramos ninguna carencia ni solución de compromiso más allá de sumar algunos gramos a su peso (227 gramos) y la ausencia de cargador en la caja.

La pantalla AMOLED 1440p de 6,8’’ permite aprovechar la frecuencia de refresco de 120 Hz a máxima resolución, sin apenas marcos y con cristal Gorilla Glass Victus, la más reciente y resistente generación de Gorilla Glass que también se usa en la parte trasera. Este gran tamaño permite que la convergencia con la tecnología S-Pen de los Galaxy Note sea natural y conveniente, añadiendo un elemento diferencial frente al resto de los terminales del mercado.

El SoC Exynos 2100 ofrece un rendimiento entre los más altos del momento, a lo que hay que sumar el plus de eficiencia de incorporar su propio módem 5G. Además, viene con 12 GB de RAM y almacenamiento hasta 512 GB

El SoC es el Samsung Exynos 2100, un SoC con un rendimiento entre los más altos del momento, que además integra el módem 5G ofreciendo un plus de eficiencia sobre otras propuestas en las que el módem 5G está en un chip aparte. Además, viene con 12 GB de RAM y almacenamiento de 128 o 256 GB, o con 16 GB y 512 GB en el modelo más “top”.

Las cámaras cubren desde el ultra gran angular de 13 mm hasta un zoom óptico 10x de 240 mm, otro zoom óptico 3x de 70 mm y un gran angular de 24 mm. Esta última cámara tiene un sensor Samsung ISOCELL HM3 de 108 Mpx, que puede capturar fotos de 12 Mpx o de 108 Mpx. Además, la cámara ultra gran angular también permite capturar fotos macro. Las habilidades fotográficas, así pues, cubren focales ópticas tan apreciadas como las 24-70 mm con el valor añadido del tele y el ultra gran angular. La cámara selfi de 40 Mpx completa el repertorio fotográfico.

El vídeo ofrece incluso la posibilidad de capturar secuencias en 8K a 24 fps con la cámara principal de 108 Mpx, de las que podemos obtener imágenes de 32 Mpx. En 4K es posible grabar con las cuatro cámaras a hasta 60 fps. También tenemos un interesante modo de captura profesional de vídeo, que permite realizar ajustes finos en el sonido o en los parámetros de grabación, como la sensibilidad ISO.

Samsung apuesta por los estándares para la parte de la batería de 5.000 mAh y se carga con tecnología Power Delivery de 25W y tecnología Qi de 15W para la carga inalámbrica. La carga inversa inalámbrica es de 4,5W, perfecta para wearables. De nuevo, no echamos de menos nada.

Fotografía y vídeo: hardware y software trabajan en equipo

Uno de los apartados clave en los terminales móviles es el de la fotografía y el vídeo. Capturar los instantes es una de las tareas preferidas de los usuarios de telefonía móvil y el esfuerzo de los fabricantes en aras de integrar cámaras más versátiles y capaces es colosal. Las multi cámaras son ya habituales en todas las categorías de producto, por lo que la clave en los terminales de gama alta y premium es la de maximizar la calidad y las posibilidades creativas.

En la familia S21, Samsung lo consigue conjugando dos elementos fundamentales: por un lado están las posibilidades de unas cámaras con tecnologías de sensor y ópticas innovadoras y punteras en aspectos como el tamaño de los sensores, las tecnologías de captación de luz, el número y calidad de los píxeles captores de luz, la luminosidad  y variedad de las ópticas. Por otro lado está el procesador de imagen que hace que la luz se convierta en imágenes y vídeos  con la mayor calidad posible.

El Galaxy S21 Ultra viene con ultra gran angular/macro de 13mm y 12 Mpx, angular de 24 mm y 108 Mpx con sensor ISOCELL HM3, tele 3x óptico de 70 mm y 10 Mpx y tele Space Zoom 10x óptico de 240 mm y 10 Mpx que puede llegar hasta 2.400mm (100x) digitales con una estabilización extraordinaria con bloqueo de zoom Zoom Lock. Este zoom está mejorado frente al que ya teníamos en el Galaxy S20 Ultra, adoptando las tecnologías más recientes.

Modos de captura tan versátiles como las cámaras

En los S21 y S21+ tenemos cámara principal gran angular de 12 Mpx y 26mm, el ultra gran angular es el mismio que en el Ultra y el tele 3x es híbrido a partir de un sensor de 64 Mpx. En todos los modelos tenemos modos de captura capaces de facilitar el uso de tantas ópticas, además de combinar tanto captura de fotos como de vídeo. Es el caso del modo Captura Única, donde podemos elegir el tiempo de captura y los elementos destacados que queremos poner en valor. A partir de ahí, el terminal creará un selección de vídeos cortos, fotos con efectos, mejores fotos, secuencias con efectos de velocidad o fotos con efectos como pan/zoom.

De esta manera, no tendremos que elegir entre fotos o vídeos. Simplemente movemos la cámara como si estuviéramos mirando lo que sucede a nuestro alrededor y el móvil lo guarda de un modo óptimo y visualmente muy completo. Podemos configurar el tiempo de captura hasta un máximo de 15 segundos.

En el caso del vídeo, tenemos el Modo Director, con el que será posible grabar vídeo simultáneo de la cámara frontal y trasera (modo Vlogger), con opciones para cambiar la trasera entre la ultra gran angular, la gran angular y la tele 3x. Es como tener un estudio de realización en la mano, con la posibilidad de ir narrando lo que vemos con una configuración Picture in Picture y opciones de cambio entre tener la cámara frontal en ventana o la trasera, o para cambiar la posición de la ventana.

Un móvil para el ocio y la productividad

En la parte tecnológica, ya hemos visto que el Galaxy S21 Ultra 5G define muy bien esta filosofía “Ultra” de las gamas más altas de terminales móviles. Además, está la parte software, que añade la diferencia entre tener una tecnología y usarla, o tener una tecnología y no poder aprovecharla.

Sin ir más lejos, cuando usamos la pantalla, el rendimiento de un terminal como el Galaxy S21 Ultra 5G se limita muchas veces al consumo de contenidos. El S-Pen amplifica la dimensión de creación de contenidos usando la pantalla del terminal, pero Samsung añade una interfaz de escritorio que se activa cuando conectamos una pantalla externa. Se trata de Samsung Dex, que habilita un uso como ordenador de escritorio multitarea y multiventana. Es compatible con aplicaciones como Netflix o suites ofimáticas, que podemos usar en modo “escritorio”.

Dex puede usarse tanto con un cable HDMI conectado a una pantalla como inalámbricamente, e incluso se puede habilitar en modo ventana en un PC o Mac como si estuviéramos conectándonos remotamente al Galaxy S21 Ultra 5G, pero con una interfaz de escritorio. Es una forma perfecta de maximizar el aprovechamiento de las posibilidades de un terminal con más rendimiento que muchos portátiles.

Es también un terminal perfecto para el gaming gracias a su rendimiento en gráficos y accesorios como el MOGA Controller. También tenemos un rendimiento multimedia sobresaliente donde la pantalla es la máxima expresión de calidad y compatibilidad, con estándares como HDR10+ y el potencial de su brillo máximo de 1.500 nits. La densidad de píxeles de 515 dpi ofrece una visualización totalmente exenta de pixelados.

Samsung, además, añade su propia plataforma de automatización, Bixby, compatible con la interacción por voz. También tenemos la interfaz One IU de Samsung, que añade elementos de interacción a la medida de sus terminales, como el panel lateral Edge o la interacción con el S-Pen, que incorpora controles específicos para el uso del lápiz, como la posibilidad de tomar notas escritas con la pantalla apagada, por poner un ejemplo.

Evolución, innovación y convergencia

Con el Galaxy S21 Ultra 5G, Samsung conjuga innovación, evolución y convergencia en un único terminal. Además de lo que se ve a simple vista, construir un terminal “Ultra” implica resolver retos como el del calentamiento de componentes como el SoC, que se solucionan añadiendo tecnologías avanzadas de refrigeración. O la integración de elementos como un sensor de gran tamaño, como el ISOCELL HM3 o un módulo periscópico para el tele 10x.

El desarrollo de tecnologías como la del S-Pen durante años da sus frutos en forma de una convergencia entre las familias Note y Galaxy S, una vez que la interacción de este lápiz puede hacerse sin que suponga añadir peso o tamaño. El resultado es un terminal único en su categoría.

Un efecto colateral positivo que encontramos en terminales “Ultra” como este es la reducción al mínimo la obsolescencia: su funcionalidad se mantendrá intacta durante años y su robustez lo protege frente al uso cotidiano.